Hoy en día, nuestro entorno está envuelto por la digitalización y la tecnología. Muchas de las actividades que solían hacerse de forma meramente presencial, pueden hacerse ya a través de una pantalla. De ahí, la creación de los museos virtuales. Esta alternativa lleva años circulando por los museos más importantes del planeta, pero, tras la pandemia, esta propuesta ha llegado a casi el 100% de las salas de arte.
En España, todos los museos de importancia cuentan ya con la opción de una visita online. Además, cada vez son más los visitantes que prefieren ver los pasillos de las salas desde la comodidad de casa. Pero, ¿se vive igual que yendo al propio museo? Esa respuesta depende de cada uno. En este artículo, encontrarás diversas opciones para disfrutar del arte a través de la pantalla.
En España, el museo Thyssen es uno de los pioneros en esta materia. Además, cuentas con dos opciones de visita virtual:
- Visita virtual guiada: puedes caminar por las salas del museo con un solo clic. Una voz virtual te guiará y te contará todo lo que quieras saber acerca de cada una de las salas. Además, podrás disfrutar de las mismas exposiciones que puedes encontrar de forma presencial. La entrada virtual suele ser totalmente gratuita, a no ser que sea una exposición de alta demanda. Puedes acceder a las salas virtuales a cualquier hora del día.
- Visita con gafas de realidad virtual: podrás ver el museo desde casa, pero como si lo tuvieses justo enfrente. Debes disponer tú de las gafas de realidad virtual, pero el resto lo aporta todo el propio museo. Al igual que en la otra opción, el precio suele ser gratuito y no existe horario de visita definido.
En cuanto a las ventajas que se encuentran en esta digitalización del arte, la más llamativa es que no tienes por qué moverte de casa. Muchos expertos aseguran que esta puede ser una gran alternativa para conservar mejor las obras, ya que la mera respiración de tantas personas juntas en una sala cerrada puede deteriorar el estado de las creaciones. Esta opción virtual también ha generado un nuevo interés en los jóvenes por el arte. El hecho de tenerlo tan accesible ha acercado a esta generación a algo que antes no veían tan atractivo.
Aunque muchos piensen que esto puede perjudicar a los museos presenciales, está pasando totalmente lo contrario. Son muchas las entradas que se venden a raíz de esta evolución tecnológica. Los usuarios, al quedar fascinados a través de la pantalla, se animan a trasladarse hasta el museo para, en muchas ocasiones, volver a ver lo que ya han visto, pero esta vez cara a cara.
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